Este material no sé cómo se llama -si es que tiene un nombre propio- así que usaré el que le puso Julia cuando lo terminó por primera vez con 4 años, y que me pareció muy gráfico: «Mira papá es un bosque de pinzas».
Es un material fácil de hacer y perfecto para niños y niñas de 2 a 5 años. Consiste en una caja pequeña con tapa en la que pegamos 12 o 16 tiras de colores distintos (para ello son muy prácticos los surtidos de papeles de colores) que pegaremos con cuidado en la caja. Necesitamos también igual número de pinzas de madera a las que les pegaremos tiras finas de los mismos colores, (como se ve en las fotos), con cola blanca. La caja sirve para recoger las pinzas cuando terminamos.
El objetivo es colocar cada pinza en su color, lo que hace la tarea bastante sencilla y apta para muy pequeños, en cuanto puedan presionar una pinza.
El mecanismo lógico que se activa con este material es la asociación por parejas, muy adecuado para la primera etapa, la que va de los dos a los tres años, con objetos de los que haya dos ejemplares y luego, como en el «Bosque de pinzas», con objetos que comparten una cualidad común (también vimos esa asociación en los botes sensoriales)
Con el bosque de pinzas estamos dando los primeros pasos en la lógica. La actividad que proponemos es un reto anterior a los puzzles y está desprovisto de la abstracción geométrica de éstos. Tiene también otra ventaja añadida y es que refuerza la musculatura de las manos para «hacer la pinza», entrenamiento necesario para poder agarrar correctamente el lápiz.
Para terminar, una observación sobre el uso de materiales manipulativos. Cuando se le presenta a un niño un material por vez primera es conveniente dejar que lo descubra solo. Transcurrido un rato, si ves que no manipula el material sino que lo manosea o realiza otro juego distinto le puedes mostrar cómo lo hacemos los mayores (colocando una pinza en su lugar, en este caso) o dejarle que siga jugando. Si el niño no muestra interés por realizar la tarea puede que sea porque no está preparado o porque la considere poco interesante ya sea para él demasiado fácil o demasiado difícil. No hay que forzar. En ese caso, se deposita el material en su rincón y se vuelve a poner a su alcance en otro momento. También puede ocurrir que utilice este material repetitivamente, mucho más de lo que consideras necesario, y que después de una temporada lo abandone como ocurrió con Julia después de unos meses de usar el bosque de pinzas, aunque hoy, al verme preparar esta entrada, me lo ha vuelto a pedir.
Conocí este material en los cursos de Aprendiendo Matemáticas ¿los conoces? Son muy recomendables.
Las fotos son de Inés Robledo, ¡gracias Inés!
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8 comentarios sobre “Bosque de pinzas”