
Más de la mitad de la población vive en ciudades. Aunque sólo fuera por eso tendríamos que aprovecharlo para hacer matemáticas en la ciudad. ¡Pero es que las ciudades están repletas de mates! Voy a recopilar en este artículo unas cuantas de estas ideas que han salido por aquí -o en prensa- en los últimos tiempos, te dejo los comentarios para que añadas las tuyas.
Hace unos meses me pidieron que escribiera un artículo en El País sobre como era la ciudad vista por un matemático, reconozco que me hizo mucha ilusión, era mi primera vez hablando de mates en papel y lo disfruté mucho.
Hablé de las matrículas de multiplicar, el reto que me propuso Jose Pol Lezcano en respuesta a este artículo en Verne. Una matrícula de multiplicar es la placa que cumple que sus dos primeras cifras multiplicadas dan las dos siguientes leidas como decena y unidad. 2612 es matrícula de multiplicar porque 2×6=12, 2608, no. Podríamos hacer muchas más operaciones pero esta es tan concreta -y con tanta aplicación didáctica- que me resulta irresistible. Además es tan improbable -¿cuánto?- encontrar una placa de multiplicar en agosto en Madrid que a los que somos un poco -o un mucho- TOC, nos produce una gran satisfacción interna.
También hablé de mi fascinación por las baldosas de botones, las que se usan como pavimento táctil para indicar a los invidentes que hay una parada de autobús, un paso de peatones o el final del andén en el metro. La mayor parte de veces son cuadradas, y casi siempre tienen una trama cuadrada de botones, aunque hay excepciones, lo que también ocurre es que hay distintas tramas, desde cuatro filas de cuatro botones hasta alguna que he podido encontrar con 21×21 botones, en el interior de la estación de Atocha. Precisamente en los andenes de las estaciones de tren se suelen encontrar diferentes disposiciones rectangulares, muy variadas, te invito a que las documentes y a que las mandes a mi correo, podríamos hacer una bonita colección, o si tienes cuenta en Instagram que las subas con la etiqueta #SueloMirarAlSuelo

264 botones, bien puestos, en la Estación de Atocha
No se trabaja demasiado en la escuela la disposición rectangular como resultado de la multiplicación y viceversa, y es extraño, porque es curricular; tal vez sea porque la operación aritmética se ve como algo aislado y descontextualizado, aunque sepamos que no se debería hacer así. Un edificio de cuatro alturas que tenga tres balcones por planta, tendrá 12 balcones y eso es una multiplicación.
Unos días después de la publicación del artículo, Gema Puerto, periodista de Telemadrid me invitó a contarlo en el informativo del domingo, ella fue la que con buen criterio tituló el reportaje «Matemáticas en la ciudad»:
No solo de números viven las ciudades, hay mucha geometría. Y no me quiero referir solo a las formas. Me gusta mucho mirar los patrones geométricos, desde la simple -pero resultona- traslación que podría tener, por ejemplo, una fila de bolardos:
Hasta los misterios que podría encerrar -o no- un patrón escrito sobre ellos
Ayuda, please, ¿alguna hipótesis de por qué los bolardos de la zona del puente de Segovia tienen este patrón: 1, 12, 2, 13, 3, 9?
¿Un RT? pic.twitter.com/Jq2bq16KJ1— Joseángel Murcia (@tocamates) July 26, 2018
¡Qué bien que lo pasamos el verano del 18 con la historia del bolardo!
El ejemplo de las traslaciones de los bolardos de arriba nos habla de que la geometría es más que reconocer formas planas y espaciales, demasiadas veces creemos que la geometría consiste en formas, también están los movimientos y las simetrías. Sobre simetrías en la ciudad a mí me han enseñado mucho las intervenciones de E1000 en las rejas de Madrid:
La imagen, del barrio de Embajadores, la he sacado de esta entrada del blog Escrito en la Pared, échale un ojo, hay muchas más.
¿Qué otros ejemplos de matemáticas en la ciudad ves tú? No dudes en ponerlos en los comentarios. A ver si podemos hacer una segunda parte de esta entrada entre todos. Y si ha gustado, dale a compartir.
3 comentarios sobre “Matemáticas en la ciudad”