Sobrevivir a un mal profe de matemáticas 20

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La escena es conocida, por vacaciones de verano, o durante el curso, a tu hijo (que no es particularmente mal estudiante ni saca malas notas) le han mandado 15 o 20 larguísimas operaciones de cálculo “para que practique” (o uno de esos tremendos cuadernos de vacaciones de verano “para que no se olvide de la materia”). Hay que entender que los deberes tienen una función que conecta con la responsabilidad y el esfuerzo individual. Es bueno que nuestro hijo tenga algo que hacer en casa, pero en su justa medida, ¿no?

Las matemáticas cargan con el sambenito de ser una materia árida, difícil y con poca aplicación práctica, a la vez que todos los padres las consideramos “muy importantes” y no tenemos dudas a la hora de quitar a nuestros hijos de otras actividades para sacar tiempo para que trabajen las mates.

En ningún momento (desde que dejamos de «padecerlas») nos cuestionamos si de verdad “sirven” o si un tema -o una operación concreta, pongamos la raíz cuadrada- debería darse en 2º de la ESO o fulminarse del currículo en pleno siglo XXI. Los que la han puesto en el programa sabrán. Lo más curioso es que un gran porcentaje de profesores tampoco se cuestionan la conveniencia de esa operación (es sólo un ejemplo) y se limitan a darla porque “toca” o porque en la próxima prueba de conocimientos -o en la inminente y temida reválida- puede caer.

Lo primero que tenemos que hacer cuando nuestro hijo nos presente la situación es dejar a un lado nuestra vivencia con las matemáticas, es posible que ésta sea también negativa, pero no queremos influir negativamente en ellos ni que encuentren una escapatoria en la típica excusa de que a sus papás también se les daban mal. También tendremos que descartar la opción de montar en cólera y cargar contra su malvado profesor, no debemos hacer un frente común con nuestro pequeño (aunque estemos básicamente de acuerdo) no queremos crear una guerra y darle al niño la opción de escaquearse. Lo que sí deberemos hacer es mostrar nuestra oposición como mayores a esa situación, hablando con su tutor o con jefatura de estudios (sin niños por en medio.) Hay que entender que el colegio está muy presionado a la hora de terminar el programa y de conseguir “preparar al niño para el curso siguiente” máxima preocupación de la escuela tradicional…

Somos bastantes profesores ya, los que huimos de los cálculos farragosos y las cuentas interminables que solo llevan a que los niños acaben teniendo una mala experiencia en matemáticas, se aburran, se frustren y sientan rechazo hacia la asignatura (hace ya unos años que circula por la red el Lamento de un matemático de Paul Lockhart). Las matemáticas son un arte, su belleza es indiscutible (o así debería ser) y en parte reside en la creatividad, y en la capacidad de realizar conjeturas y equivocarse, para acabar dando con una que sea cierta e ir aproximándonos a la idea de demostración que es lo que hace radicalmente diferentes a las matemáticas del resto de ciencias, o de las artes.

Es cierto que en algún momento en la escuela -posiblemente en infantil- las matemáticas abandonaron el camino del juego y la experimentación con el cuerpo para devenir en una tarea estática, cerebral, tendente al ensimismamiento y que precisa de gran capacidad de concentración (justo lo que un niño no puede dar durante mucho rato).

¿Qué podemos hacer en casa?

Una vez que hemos mostrado una disposición positiva intentaremos ayudarle con nuestros medios y estrategias de mayores, no dudéis en apoyaros en herramientas digitales, una calculadora (todos los móviles tienen) o una consulta en google. No tengáis ningún problema en decir que no recordáis como se hace algo, ayudadle y que os ayude él o ella a buscar el resultado. Si buscáis en internet encontraréis tutoriales sobre casi cualquier cosa y divertidos vídeos para que aprendáis y disfrutéis con ellos.

En todo caso es muy conveniente que mostréis la cara más amable de las matemáticas buscándolas en la vida real con mirada matemática. Hay innumerables blogs o actividades que desde la edad más temprana desarrollarán su gusto por descubrir, medir y contar, cada vez surgen más talleres y actividades en las que se puede desarrollar su talento matemático y que buscan la asociación entre matemáticas y creatividad.

Si la cosa pasa a mayores y no veis la manera de ayudar a vuestros hijos con la tarea, o bien ellos no se dejan, no dudéis tampoco en consultar con su tutor para ver qué se puede hacer, si deben prestarle más atención en el colegio o ponerlo en un grupo de refuerzo (no es ningún estigma, muchos niños pasan por esos grupos porque tienen necesidades puntuales y luego salen de ellos, cuando ya no les hace falta), pero es muy importante que en su cole vean que estás preocupado y te indiquen qué es lo mejor.

Una posibilidad también puede ser (y tampoco conviene esperar a que sea demasiado tarde) buscar un profesor a domicilio (hay webs como www.tusclasesparticulares.com que te pueden ayudar a encontrar al que más te convenga).

Es muy importante dar la cara al problema y no dejarlo pasar, tomar una posición activa y participar en las actividades del colegio, a la vez que promovemos que nuestros pequeños (y nosotros mismos) abandonemos esa pasividad estática y volvamos a unas matemáticas palpables. Entre todos debemos conseguir que las mates dejen de ser un problema y vuelvan a ser un espacio para jugar, crecer, equivocarnos y aprender.

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¡No dejéis de tocar las mates!


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20 comentarios sobre “Sobrevivir a un mal profe de matemáticas

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    Nahim
    Hola, que tal? La verdad es que los profesores de matemáticas han sido una carga durante generaciones para poder avanzar como estudiantes a muchos de mi generación. Quizás ya va siendo hora que los que impartís matemáticas hagáis reflexión de como enseñar la materia. Yo todos los profesores de matemáticas, los veía cortados por el mismo patrón (muy poca sensibilidad hacia el alumno, nula empatía, humillación constante a los que no sabían resolver las ecuaciones, promocionaban a los que solucionaban los problemas y condenaban al ostracismo al resto, etc.). Resultado? Miles de personas han quedado ignorantes, han abominado de las matemáticas. Sobre vosotros os cae al responsabilidad de hacer las matemáticas amenas y por supuesto, a quien se tiene que estigmatizar son a los profesores que les importa una mierda los alumnos y que tienen nula responsabilidad a la hora de impartir una clase.
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    Paco Gómez
    Antes que nada, decir que soy profesor de matemáticas. Y, sí, en España hay excelentes profesores de matemáticas... ¡Y los hay muy malos! El alcance de la generalización estará en la proporción de unos y otros, y yo me inclino por que no hay buenos profesores. Según mi experiencia, y alcanza los 20 años, los principales son: 1.- Formación deficiente, tanto en primario, con didácticas antiguas, como en secundaria, con el ridículo máster, como en la universidad, con una formación inexistente.2.- La administración los maltrata de muchas maneras: prestigio, burocratización.3.- La formación de los profesores durante su carrera es inexistente en este país cuando no absurda.4.- El actual sistema de contratación permite que quien saque la plaza se eche a dormir. Conozco profesores -desde primaria a doctorado- que llevan lustros dando las clases exactamente igual, no importa qué tipo de alumno tenga delante (coincidimos en qué la clase cada año es distinta e incluso en el mismo año es un ente vivo, cambiante, orgánico, ¿no?)5.- Hay mucho corporativismo y falta de autocrítica (repito: soy profesor, pero no ciego ni acrítico).Espero que la proporción de buenos profesores cambie respecto a los malos.
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    Anonymous
    En cuarto o quinto de EGB el profe de mates nos ponia en la pizarra ejercicios para hacer durante la clase.Consistian en una serie de aburridas "cuentas", multiplicaciones, divisiones, sumas y restas, pero al final habia problemas.Los problemas me encantaban, acababa haciendo igualmente operaciones aritméticas pero constituia un pequeño desafio saber si debia multiplicar o dividir y el que.Muchos dias me saltaba las cuentas y pasaba directamente a hacer los problemas a escondidas.Si me pillaba el "profesor" me castigaba. Habia que respetar el orden, primero las cuentas.Aburrido, empezaba a remolonear en las cuentas y al final no me daba tiempo a llegar a los problemas durante la clase, se traducia en un castigo por perezoso.En octavo de EGB tuve otra "gran profesora" su "método pedagógico" consistia en (Había clase de matemáticas a diario) Primero; dictar las soluciones de las ecuaciones del dia anterior. Segundo; Durante todo el resto de la clase, dictar nuevas ecuaciones para resolver en casa. Para aprender como se resolvian estaba el libro de texto, no dejaba que la molestasemos con preguntas.Durante un par de meses intenté seguir el ritmo, pero estaban los deberes de las otras asignaturas y un pequeño detalle llamado vida que debia descubrir a los catorce años. No tenia dos horas diarias para averiguar el valor de x.Asi que claudiqué, pienso que fué lo más inteligente, y abandoné completamente la asignatura. Calentaba la silla, pero nada más.Con notas de Sobresaliente y notable en todas las demas y muy deficiente en matemáticas no pude tener el graduado escolar.En segundo de FPII encontré un magnifico profesor Don Manuel Perez Rodriguez del Politécnico de Málaga.Nos enseñó a aprender matemáticas. Nos hizo tratarlas como una forma de lenguaje natural, no como números.En nuestra clase había una chica que era, ella sola, la rama de química del instituto.Esa rama se había suprimido, pero le faltaba a la chica para terminar la FPII, simplemente aprobar matermáticas de de los tres cursos. Es de imaginar que rechazo sentiria por la asignatura.Bueno, Tercero de FPII terminaba un mes antes que el resto de los cursos. Esta chica, con su FPII aprobada, siguio viniendo a clase el resto del mes de junio, pese a la tentación de la playa, por el mero placer de aprender.En esa época la FP duraba cinco años e incluia las asignaturas de bachillerato, siendo el título de FPII equivalente al bachillerato a efectos académicos e incluso, daba acceso directo a la universidad en carreras relacionadas con la rama estudiada, sin pasar selectividad, solo con la nota media.Esto no tiene mucho que ver, pero me gusta decirlo porque ya que reforman la enseñanza cada dos por tres, seria una solución para tanto universitario de carreras sin salida laboraral clara, como las humanidades, retomar aquel modelo. Entrar en la facultal de filología con un título de fontanero o mecánico de automóviles bajo el brazo. O incluso ingenieros mecáncios, entrar con título de mecánico fresador y cinco años de manejar maquinas herramientas en la FP.
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    Miguel-on
    El sistema educativo humano ya cogió el camino equivocado desde que empezó. Creernos tan iguales para aprender todos lo mismo de la misma forma es, simplemente absurdo. Cuando encima, la materia son las matemáticas la cosa se acentúa.No a un niño sino también a un adulto, es imposible hacerle comprender un sistema sin una utilidad práctica. Simplemente no interesa y el cerebro no lo asimila o retiene.Por ejemplo. Un cani de 20 años con un desarrollo intelectual escaso, sumar, restar y poco más. Pero muy aficionado a los coches, el túning y esas chorradas. En el medio apropiado, con la estimulación adecuada, ese cani comprenderá la relación de compresión de un motor de 4 tiempos y otras cosas similares sin ningún problema(comprobado por yo) Y estaremos de acuerdo que este tipo de canis tiene el mismo nivel, a priori, que un niño de primaria.Un buen profesor de matemáticas o de lo que sea será aquel que, tenga tal nivel de pasión por y para transmitir la materia que adora, que no verá obstáculos ni se desanimará en su fin por muy mierdoso que sea el medio o sistema en el que tengan que desarrollarlo. Los grandes genios fueron grandes maestros. Lo otro son, simples trabajadores mediocres que escogieron la enseñanza como trabajo para subsistir.Y por último. Padres que a parte de no poder ayudar por falta de conocimientos de matemáticas de primaria y encima se alían con el hijo en contra del profesor? Yo de este tipo de gente no comento nada, no me interesan por circunstancias obvias.Cualquier animal sabe transmitir sus conocimientos a sus crías (en el humano sólo un 50%)El post me ha gustado. Expone problemas y nos permite, a mí y los anteriores comentaristas, exponer opiniones.
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    Mikel Zilargi
    En la edad a la que se corresponde el ejemplo con el que se inicia el artículo, las matemáticas deben de ser enseñadas con el objetivo de dotar al alumno de motivación e interés por las mismas, dejando en un segundo plano (aunque sin olvidarlo) la teoría y la adquisición de conocimientos. Conseguir hacer ver al alumno no sólo la necesidad de las matemáticas, sino las posibilidades que presentan a todos los niveles, incluso como fuente de entretenimiento, es una labor muy compleja y donde el auténtico buen profesor de matemáticas se desmarca. Llevo muchos años trabajando con universitarios, una etapa posterior donde la motivación ya se ha conseguido (gracias a buenos profesores o por vocación) o ya es muy difícil que se consiga. De hecho lo que sí puede pasar es que se pierda, algo donde algunos profesores universitarios podrían tener cierta responsabilidad...Bueno, quería terminar diciendo que siento verdadera admiración por esos motivadores de la ciencia que trabajan con nuestros niños y adolescentes. A mí me resultaría mucho más complicado despertar el interés y motivar a los chavales que explicar el más complejo de los teoremas a un adulto motivado. Enhorabuena por el Blog, buen hallazgo. Un saludo.
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    Molkovichstendurf
    Las matemáticas son como son.Si sois gilipollas, los profesores no pueden hacer milagrosas.Lo que no puede ser es que en matemáticas el profesor se ponga a cantar y bailar no vaya el nene a lastimársele su ego o fundírsele los plomos de "ensimismamiento".
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    Joseángel Murcia
    Las matemáticas son como las hemos hecho, lo que no quiere decir que no podamos cuestionar lo que son y lo que es necesario que sean. Vivimos rodeados de máquinas que operan más rápido y más volumen de cuentas que nosotros podremos operar en varias vidas. Lo que se necesita es gente que las opere y programe correctamente a la vez que tengan la capacidad crítica para considerar dudoso un resultado cuando pueda estar mal. Si esas capacidades se entrenan resolviendo problemas habrá que resolver problemas, si se entrenan haciendo miles de operaciones (no creo) habrá que hacer miles de operaciones.Desde luego que hay niños más dotados que otros, espero que los más dotados lleguen muy lejos, los menos dotados tendrán que llegar también lejos porque viven en un mundo muy exigente y sus profesores no podemos sustraernos a eso.Gracias por vuestros comentarios
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    Anonymous
    Para construir esas maquinas que haces referencia con cálculos matemáticos complejos o mismamente todo el sistema de funcionalidad de un ordenador como cosa tan simple acción teclear y su resultado salte en la pantalla con una palabra es un conjunto de patrones que la placa base de la maquina todo lo representa por medio de codificación numérica compleja. Y para que tanto el ordenador se pueda construir como tus maquinas ultra rápidas es necesario e indispensable que el ser humano tenga las bases y exctensiones de las matemáticas muy presentes. Ingeniero, informático , etc etc estudian esta materia que tu la remplazas por las maquinas que construirias sin la base matemática necesaria.
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    Anonymous
    COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL EN LA CONDUCCION DIARIACada señalización luminosa es un acto de conciencia.Ejemplo:Ceder el paso a un peatón.Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.Poner un intermitente.Cada vez que cedes el paso a un peatóno persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.Atentamente: Joaquin Gorreta 55 años
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    Carmen
    El problema de las matemáticas no es la cantidad de ejercicios, ni el tipo de ejercicios, ni las operaciones. El gran problema como el de la mayoría de las asignaturas es...el lenguaje técnico que se emplea para explicar. No cabe en cabeza humana estar hablando con tecnicismos a personas de 10, 12, 15 años. Los profes NO "traducen" las explicaciones a lenguaje comprensible. Es algo así como que nosotros como adultos pretendamos entender el engorroso, enrollado y tedioso lenguaje administrativo: es una batalla de comprensión en la comunicación. Los profes de mates, como otros en sus áreas se enfrascan en ese mundo lingüístico absurdo de tecnicismos y pretenden que un niño comprenda a la de tres qué es un múltiplo. Pero si no lo entiendo ni yo al leer definiciones ambiguas, abstractas y ridículas. La clave para que dos humanos se entiendan es compartir el mismo mecanismo de comunicación: ese y no otro es el gran fracaso de la enseñanza en muchas asignaturas.
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    Iván Rodríguez Zúñiga
    Buen día a todos los lectores, Es verdad que todos nos enfrentamos con aquel profesor que dejaba larguísimas tareas, bajo el pretexto de que sólo así podríamos desarrollar las habilidades necesarias para cumplir con todos los requerimientos del programa de estudios. La importancia de estas tareas o su objetivo era precisamente ese, cumplir en tiempo y forma con el programa, pero nunca fue el que los estudiantes desarrollaran su pensamiento matemático o creativo para la resolución de ejercicios. Había que hacer el sacrificio, con la idea en la mente de que así son las matemáticas, tediosas, largas, aburridas y necesarias para pasar el curso. A lo largo del tiempo esta idea se ha impregnado en la mente tanto de los profesores como de los estudiantes, sin embargo, considero que nos encontramos en el momento ideal para empezar a transformar ese pensamiento. Con las nuevas tecnologías, tenemos al alcance diversos programas y recursos multimedia que nos pueden ayudar en la enseñanza de las matemáticas, y redescubrir con el alumno la belleza de las mismas. Un buen curso matemático debe tener estos elementos, sobre todo a nivel infantil, de esta manera el aprendizaje para el alumno se vuelve interactivo, y más allá de hacer que las tareas sean largas tandas de ejercicios, lo importante sería propiciar el desarrollo del razonamiento lógico para la resolución de problemas utilizando la creatividad y la imaginación, y no un sin fin de planas algebraicas.