Se habla mucho de reforma educativa. Ojalá alguna de las próximas -inminentes- leyes que reforman (y reformarán) la educación tuvieran en cuenta las ideas y las palabras de Ken Robinson -Sir Ken Robinson, que los británicos son así de pomposos-. El mundo le conoce principalmente por las charlas que ha dado -fundamentalmente para TED- que acumulan millones de descargas.
Ken Robinson nació en Liverpool en 1950 y se especializó en Teatro en la Universidad de Leeds. Robinson nos habla de un mundo que privilegia la formación del intelecto y la preparación para ir a la universidad, como si no hubiese nada mejor en el mundo o como si el cuerpo solo precisara cultivarse de cuello para arriba.
En su charla de 2006 -la primera en TED- nos cuenta la historia de Gillian Lynne, autora de la coreografía de Cats y El Fantasma de la Ópera. Lynne era pésima en la escuela ya que no paraba de moverse, no podía estar quieta y atender «correctamente» las explicaciones de sus maestros. Su madre la llevó a la consulta del psicólogo que dejó sola a la niña para hacerle observar que su niña no tenía ningún problema, sino que era bailarina.
Mucho mejor que leerme es que dediques los próximos 18 minutos a ver a nuestro protagonista -si aún no lo has hecho-, no te arrepentirás:
¿Matan las escuelas la creatividad? No todas, ni todo el rato, pero no contradiré al Doctor Robinson: la sociedad contemporánea se lleva muy mal con la creatividad.
¿Es necesario que todos vayamos a la universidad? En la charla que dio en 2010 nos cuenta otro caso, el de un niño que siempre quiso ser bombero, cosa que su maestro consideraba una pérdida de talento y energía, tal vez cambiase de opinión el día que salvó su vida tras ser rescatado por ese mismo hombre, convertido en bombero, tras un accidente.
La educación no puede apartarnos de lo que realmente deseamos, no debe de ser una fábrica de churros que produzca seres listos para la mayor productividad posible sino, como dice Mr. Robinson, debería parecerse al huerto en el que los maestros proveemos de lo necesario para que los niños florezcan.
Si disponéis de otros 18 minutos te recomiendo que veas su monólogo de 2010:
Es curioso cómo este hombre que padeció la polio a los 4 años nos invita a movernos y bailar y, desde luego, a que miremos el mundo de otra manera. A que cambiemos el paradigma.
En la primera entrada de este blog invité con otro célebre discurso de Sir Ken Robinson a pensar la educación de otra manera. Reproduzco el discurso en VOS a continuación (solo dura 11 minutos ¿te lo vas a perder?)
Si has llegado hasta aquí y tienes ganas de más, puedes ver el monólogo de abril de 2013, puedes comprar alguno de sus libros, visitar su web… O incluso seguir viendo los vídeos que él mismo ha seleccionado en la web de TED.
Antes de terminar quiero añadir una idea de Robinson que ha sido muy importante para mí:
«Si no estás dispuesto a equivocarte nunca llegarás a nada original».
Si te ha gustado esta entrada contribuye a su difusión compartiéndola por email, twitter o facebook, google+… con los botones que encontrarás más abajo.
No dejéis de tocar las mates (y la creatividad).
6 comentarios sobre “Ken Robinson y la muerte de la creatividad”